Hola amig@s. ¿Cómo habéis empezado el año? Espero que el comienzo del 2016 haya sido favorable para todos y todas, y que la cuesta de enero no esté siendo tan “costosa” como en años anteriores. Que menos que poder comprarnos algún trapito aunque sea en las segundas rebajas, ¿no? Pero el tiempo pasa volando y los días se van sin darnos cuenta, y hace nada os estaba felicitando el año nuevo, y ahora ya os estoy escribiendo apresurada para deciros que empecéis a sacar vuestro ingenio porque San Valentín está a la vuelta de la esquina.
Muchos pensaréis que San Valentín es un día inventado por los grandes almacenes y que se puede demostrar lo mucho que se quiere a una pareja cualquier otro día del año, y no os quito razón. Pero sed sinceros, yo la primera, ésa es la mejor excusa que tenemos aquellos novi@s a los que se nos olvida que es el Día de los Enamorados. Y también les sirve de excusa a las personas que son un pelín tacañas,... que no es nada malo, tal y como están las cosas todos deberíamos serlo un poquito, pero no el día de San Valentín. Porque curiosamente, los que dicen que el amor se demuestra cada día son los que no le han hecho ningún regalito a su pareja en todo el tiempo que llevan saliendo… ¿a qué sí? Seguro que ahora mismo más de una está pensando “ése es mi chico” o “ésa es mi chica”, que no siempre sois vosotros. Hay que reconocer que con eso de que las mujeres del siglo XXI nos hemos puesto las pilas con todo, tal vez por eso también seamos más ahora a las que se nos pueda olvidar en qué día vivimos justo el 14 de febrero.
Las cosas son como son o como las hayamos hecho. Hace un tiempo, la verdad es que no sé cuánto, alguien vio oportuno señalar en el calendario esta celebración y toca celebrarla. Yo soy muy muy despistada, he de confesarlo. Tanto que cuando guardo algo importante para que no se pierda, lo guardo con tantas ganas que después no me acuerdo de dónde lo he metido. Por ello ya echo mano de la agenda y el programador de citas del móvil para todo. Así me aseguro de que no se me olvide nada. Pues con el día de San Valentín igual. Pero no os lo apuntéis justo el mismo día 14, que si no os pilla el toro. Hacedlo al menos dos semanas antes para que os dé tiempo a pensar bien qué es lo que vais a regalar.
Los que me seguís ya sabéis que no soy partidaria de los regalos ostentosos, hay cosas muy bonitas que no valen mucho. Y si además tenéis la suerte de que a vuestra pareja le gusta ir siempre a la moda y vestir bien complementado, una pulsera Dmuñeka siempre es una buena elección. 
Y tan importante como obsequiar es el ambiente en el que se dé lo que hemos comprado. Así que aquí es donde tenemos que sacar el ingenio. Es ahora cuando toca echar mano de nuestra imaginación para dejar a nuestra pareja boquiabierto. Dale tu toque especial a ese momento tan esperado, para que cuando la otra persona lo vea note tu esencia desde el primer instante.
Velas perfumadas, una luz tenue, pétalos de rosa, … sonará muy a tópico, pero ¿a quién no le gusta? A nadie le amarga un dulce, y aunque nuestra pareja no sea la más romántica del mundo una velada así seguro que le sorprenderá.
Así que poneos las pilas, ya estáis avisados. Después no valdrá la excusa de que no os acordábais porque aquí está la prueba de que os lo han recordado con tiempo.
Ah! Y no hace falta que os diga que es día tenéis que estar especialmente guap@s. Arreglaros, perfumaros, miraos al espejo y gustaros mucho, porque si te miras frente al espejo y te gusta como te ves a la otra persona le encantarás.
¡¡¡FELIZ SAN VALENTÍN CON DMUÑEKA!!!
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